Gracias a Pravda nos hemos enterado, con unas horas de retraso, de esta noticia de indudable alcance -al menos para este blog, claro-. Reproducimos la noticia aparecida hoy en el INFORMACIÓN:
La cementera de San Vicente deberá cerrar sus instalaciones el 1 de agosto del año próximo, tal y como ha decidido la Conselleria de Medio Ambiente, que ha ordenado ya la clausura de uno de sus hornos.
ANA VAQUER La cementera de San Vicente del Raspeig pondrá fin a un siglo de presencia en el municipio el 1 de agosto de 2009.
Finalmente, la Conselleria de Medio Ambiente, dirigida por el sanvicentero José Ramón García Antón, ha sido la que ha fijado la fecha de caducidad a esta instalación con un convenio suscrito con Cemex, la multinacional propietaria de la planta.
El acuerdo adelanta la fecha de cese de actividad que se había barajado inicialmente y que se preveía para el 1 de enero de 2010, según las negociaciones que venía manteniendo la alcaldesa, Luisa Pastor, con la empresa. Además señala que, "en la medida de lo posible" la Conselleria contratará a personal de esta fábrica para la futura planta de secado de lodos, que se construye actualmente junto a la cementera que la empresa tiene en Alicante.La multinacional eludió ayer valorar este acuerdo. Tampoco avanzó cuál es su plan para recolocar al centenar de trabajadores que emplea actualmente en San Vicente.
El presidente del comité de empresa, José Antonio Guijarro, señaló que los trabajadores "estamos a la espera de que la empresa nos comunique cuál es su planteamiento". Guijarro reiteró que la plantilla sigue reivindicando que no se deslocalice el empleo y confía en que Cemex plantee una mesa de negociación, tal y como avanzó meses atrás.
La cementera mantendrá su actividad durante 15 meses pero no lo hará a pleno rendimiento. La Conselleria también anunció ayer que le concedía la autorización ambiental integrada -una licencia necesaria para continuar con la actividad-. Y lo hizo en el último minuto porque, precisamente ayer expiraba el plazo legal para que obtuviera este permiso. Además la licencia está condicionada a que uno de sus dos hornos permanezca inactivo para reducir la alta contaminación que emitía la planta.
Las quejas vecinales por la pésima calidad del aire y los reiterados informes ambientales sobre los altos niveles de dióxido de azufre en el entorno de la instalación habían provocado que creciera el malestar en el municipio por la continuidad de esta fábrica, pegada al casco urbano.Con un único horno funcionando la producción quedará reducida a la mitad y, por tanto, también las emisiones. Además, éste dispondrá de dos electrofiltros para disminuir las partículas que lanza a la atmósfera.Tal y como avanzó este periódico, el pasado mes de diciembre una inspección reveló el elevado nivel de emisiones que estaba produciendo el horno número 2. La empresa dijo que sufría una avería y que lo había desactivado. Además solicitó una licencia de obras para mejorar los filtros. Según fuentes sindicales, tras la reparación de la avería volvió a funcionar pero en febrero se optó por cerrarlo. "Ahora desconocemos qué pasará con las obras de mejora proyectadas, si como dice la Conselleria tendrá que seguir inactivo", indicaron.
La Conselleria también se comprometió ayer a realizar estudios con Cemex para la construcción de instalaciones "que permitan la valorización energética en sus hornos a partir de combustibles derivados de los residuos en los terrenos propiedad de la empresa en su fábrica de Alicante".Según el comunicado emitido por Medio Ambiente, la empresa acepta presentar el proyecto de desmantelamiento de la fábrica y de descontaminación de suelo en el plazo de seis meses y la Conselleria a aprobarlo.
El futuro de los terrenos
El Ayuntamiento de San Vicente está a la espera de que Cemex conteste a su propuesta para que el suelo que ahora ocupa la planta albergue un centro de ocio y oficinas, unas 500 viviendas y una zona verde. Según manifestó ayer la alcaldesa "esta cuestión deberá resolverse en los próximos días y culminará en la firma de un convenio".
Por su parte, tanto desde el PSOE como desde EU se valoró ayer positivamente esta decisión aunque con matices. El portavoz del PSOE, Rufino Selva, lamentó que "el Consell haya esperado hasta el último minuto para tomar la decisión, justo cuando se cumplía el plazo para otorgar la autorización ambiental integrada". Además Selva expresó su malestar por el hecho de que no se haya informado a los trabajadores ni se haya realizado informe alguno sobre las repercusiones urbanísticas y económicas del acuerdo. "Al final las decisiones se han tomado en despachos alejados de San Vicente", añadió.
El portavoz de EU, José Beviá, expresó su preocupación por el futuro de los puestos de trabajo directos e indirectos de la fábrica. En cuanto a los terrenos indicó que "vamos a ser muy serios en la defensa de la previsible recalificación del suelo que ahora ocupa la fábrica y que sea tratada dentro de las propuestas de una revisión del PGOU".
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