viernes, 25 de enero de 2008


Un petirrojo menos por llegar antes a algún sitio

Pues eso. Nos lo hemos encontrado en una carretera de Espadan, como también nos hemos encontrado en otras ocasiones zorros, sapos, erizos... Según Ecologistas en Acción se calcula que nos cargamos con nuestras máquinas de correr unos 10 millones de vertebrados al año, el sesenta y tantos por ciento son animales domésticos.

En estos días también hemos tenido que esquivar muchos perros de caza que deambulaban por las carreteras de la sierra, abandonados por sus ex amos. Ya no sirven para su cometido o salieron cobardes, juguetones o despistados. Otro de los efectos secundarios de la mala practica de la caza, que ya está dando demasiadas entradas a este blog.

miércoles, 2 de enero de 2008

Menos prisas, menos muertos, menos humos

Correr con el coche en nuestra cultura norteamericoeuropea siempre se ha asociado con la libertad. Muchos de los más apreciados iconos de nuestro tiempo aparecen sentados en, junto a, o sobre un automóvil... Ahí están John Travolta (en Grease), James Dean (que se mató en su Porsche), nuestras queridas Thelma y Louise, Batman en su Batmóvil, Michael J. Fox (en Regreso al Futuro)... La lista sería interminable -y sólo hemos acudido al mundo del cine- porque el coche es un referente fundamental del siglo XX que simboliza TODO lo que ha querido vender/imponer nuestra civilización: el "más alto, más lejos y más fuerte", el "llego donde quiero y cuando quiero", el "soy lo que parece que soy", el "no tengo límites".

Ahora en Cataluña dan un paso que ya han dado antes en Suecia o en Suiza, que es limitar la velocidad para disminuir la contaminación. Como se puede ver en la gráfica adjunta (F. VESTER, El Futuro del Tráfico, Ed. Flor del Viento, 1997 ), velocidad y altas emisiones van estrechamente unidas, sencillamente porque para correr más en carretera has de quemar más combustible. Pueden buscarse los matices que se quiera, que si depende del firme, que si depende de los cambios de marcha, pero todo el que tiene la poca fortuna de conducir todos los días (como los obreros de la Cementera) saben que no se consume lo mismo a 80 que a 120.

Pero es que además podrían evitarse hasta 1000 muertos al año, según la DGT, si se respetaran los límites de velocidad. Es más, en Suecia se han hartado de enterrar muertos y se han inventado la "Visión Cero", que pasa por reducciones drásticas de la velocidad entre otras medidas, consiguiendo resultados como una disminución de un 50% en lesiones a peatones y ciclistas en zonas urbanas y una reducción de un 80% en colisiones frontales.

Volviendo al principio y a nuestros mitos culturales... ¿No será el coche más que un símbolo de libertad nuestro Caronte particular? Si el fúnebre barquero del Estigia -aquel que conducía a los difuntos griegos al reino de Hades- se reencarnara en el siglo XXI, a buen seguro lo haría en el Porsche blanco de James Dean o en el brillante descapotable conducido por Geena Davis y Susan Sarandon.



martes, 1 de enero de 2008

Cazadores, cazadores...


Una canción de un desaparecido grupo de Castellón, Tom Bombadil, tenía una letra tal que así (rima A-A):


"Cazadooores, cazadoores,os vamos a dar por culo cazadoores

Cazadoores, cazadoores,pronto veréis nuestras caras, mamones."


En La Cementera no tenemos un talante tan agresivo por lo común, y los cazadores (¿/as?), como cualquier colectivo, tienen representantes deleznables y otros encantadores aunque, como dice Joaquín Araújo:


" (...) la franja de intereses comunes entre naturalistas y cazadores resulta amplia y hasta cómoda. Que hay, por supuesto, un estrecho abismo, una herida abierta y, por tanto, separadora, en lo referente a matar. Acto que muchos vemos como una mala suerte que padecen los cazadores que se privan del inmenso placer de volver a contemplar la belleza y la libertad de otros seres vivos que siguen estándolo aunque hayas tropezado con ellos."


Por desgracia, desde que ha comenzado la temporada de caza, no hemos visto sino un buen montón de tropelías cometidas por muchos de los practicantes de este deporte: desde lazos y trampas no autorizados al uso de prácticas prohibidas o la simple falta de respeto al medio donde se realiza esta actividad. Así, siguen viéndose por nuestros campos miles de vainas de munición gastada que, desde hace ya algunos años, los cazadores tienen la obligación de recoger. Por si fuera poco, parece estar imponiéndose la moda de tirar al suelo las cajas de cartón donde va la munición, por lo que después de una jornada de caza el monte queda hecho unos zorros (y probablemente sin unos cuantos de estos simpáticos cánidos).


Igualmente resulta preocupante dónde encontramos estos restos. Si bien la normativa exige que, por seguridad de las que no somos cazadores, no se debe disparar a menos de 25 metros de los caminos, no es raro hallar cartuchos a menos distancia e incluso en el mismo centro del camino.


Por si acaso, los miembros de la Cementera le hemos aconsejado a nuestros/as compañeros/as obreros/as que, si salen a pasear por esos montes, lo hagan pertrechados de chaleco antibalas.
"Cazadores, cazadores..."


(Continuará)


El texto de J. Araújo pertenece a su libro Ecos... lógicos, de la editorial Maeva (año 2000).