lunes, 26 de marzo de 2007

A la rica fruta de CEMEX


CEMEX es una empresa multinacional de capital mexicano que se dedica, entre otras cosas, a la producción de cemento. Para ello necesita una materia prima esencial, la piedra caliza, que suele extraer de canteras cercanas a las fábricas de producción. En el caso de Alicante y San Vicente del Raspeig, la explotación de la caliza se realiza en la sierra de Fontcalent y en la ya casi desparecida sierra de la Serrella.

El óxido de calcio obtenido de la piedra caliza se mezcla con otros ingredientes selectos en un horno gigante y cilíndrico llamado Kilm (no sabemos por qué se llama así), que puede -y debe- alcanzar temperaturas de cerca de 1400 grados centígrados, proceso tras el cual se forman una especie de canicas de color gris mate llamadas clinker, de las que luego saldrá el cemento. Todo esto, lo del tal Kilm y la asombrosa conversión de una montaña en bolitas grises, nos lo explicaban muy bien los técnicos de CEMEX cuando los niños y niñas de San Vicente íbamos a la excursión anual que cada primavera realizaban nuestros respectivos coles para ver cómo funcionaba aquel monstruo que teníamos pegado a casa.

Lo que no explicaban tan bien era que la demanda energética de Kilm era elevadísima y que este cilindro gigante necesitaba toneladas y toneladas de coque, un derivado del petróleo cuya combustión generaba en nuestros tiempos escolares, y sigue generando, gases de efecto invernadero de excelente calidad, además de otros compañeros de viaje, como dióxido de azufre o partículas PM10 (partículas de material diverso muy pequeñas pero que pueden quedar depositadas en lo más profundo de los pulmones).

O sea, que tenemos una multinacional que se come montañas enteras y produce una notable contaminación atmosférica para producir... bolitas grises. Es más, en los últimos años, CEMEX se ha prestado amablemente, a cambio de unas ridículas subvenciones pagadas con el dinero de todas, a quemar residuos del tipo restos de piensos (en el momento de la crisis de las vacas locas) o neumáticos (en nuestros días).

En fin, con este currículo, hay que lavarle la cara a la empresa como sea, y para ello nada mejor que acudir al trillado “desarrollo sostenible” y utilizar el “doblelenguaje”. Así, cuando CEMEX habla de su afán de lucro y de la explotación de los recursos naturales, se refiere a estos fines como “Crecimiento sostenible” o “Excelencia en la sostenibilidad”; cuando se dedica a quemar residuos como combustible, CEMEX habla de “valorización energética” y cuando debe, por ley, restaurar el daño realizado por la canteras, parece como si la idea se le hubiera ocurrido a la multinacional:

CEMEX trabaja para que sus canteras recuperen unas condiciones similares a las que existían antes de que el área fuera explotada o, al menos, unas condiciones compatibles con el hábitat natural o con las prácticas agrícolas de la región.” (Extraído de la página web de la empresa).

En el caso de la cementera de Alicante, la multinacional ha plantado algo más de 100 hectáreas de frutales de regadío y ha hecho mucha publicidad de la iniciativa (salió hasta en un telediario nacional el año pasado). Sin embargo, este lavado de cara hace agua por muchos agujeros: primero, la zona no es de tradición de regadío, el cultivo típico es almendro o algarrobo, que consume menos agua; segundo, la zona dañada es mucho más extensa que lo restaurado, y lo perdido, en el caso en concreto de la Sierra de Fontcalent, excede en valor ambiental a lo “ganado”, y aquí hablamos de la pérdida de especies protegidas y en regresión como el águila perdicera (Hieraetus fasciatus) o el palmito (Chamaerops humilis), entre otras; y tercero y obvio, CEMEX sigue contaminando por encima de lo legalmente establecido.e- alcanzar tempriedar de canteras cercana a las

sábado, 17 de marzo de 2007

Estos patrocinadores…‎


Bueno, no hablamos del derroche energético, aunque podríamos hablar… Sólo mencionaremos un poco a los compañeros de viaje de las fiestas. En los últimos años parece que las Fallas hacen campeonatos por ver quién ilumina más y mejor, y para ello no dudan en aliarse con nuestras queridas amigas Las Multinacionales. A veces uno se pregunta donde está el germen artesanal y sencillo de estas fiestas, cuando cada barrio se lo guisaba y se lo comía con lo que tenía… Ahora las fiestas son, como casi todo, mera campaña de publicidad orientada al consumo desordenado.

De cualquier manera, si te buscas patrocinador y no te importa que su nombre hasta aparezca más grande que el tuyo, por lo menos que no sea Coca Cola, famosa en Latinoamérica no por su burbujeante vivacidad, sino por asesinatos a sindicalistas, explotación infantil…

martes, 13 de marzo de 2007

Fútbol y (destruccón del) medio ambiente



Los dineros que promueven y jalean el espectáculo (¡) del fútbol ¿de dónde vienen? Pues de bancos, constructoras, industria automovilística y demás gigantes económicos. Este pasado fin de semana, los capitostes del BBVA chutaban decenas de saques de honor ante miles de espectadores ávidos de goles, muchos de los cuales, imaginamos, andarán hipotecados de por vida gracias a la política financiera promovida por esos señores que daban pataditas al balón tan honorablemente (bancos y cajas son los grandes propietarios inmobiliarios de este país y, como es sabido, los que conceden -o no- el dinero para los préstamos hipotecarios).

El BBVA, además de contribuir al inflado de la famosa burbuja inmobiliaria –que tan de cabeza lleva a los miembros de La Cementera y sus familias-cuenta con un largo historial de agresiones al medio ambiente, sobre todo en América Latina (ver NOTA más abajo).

Luego están las empresas constructoras: ¡parece que cada equipo cuenta con una! Por poner unos pocos ejemplos: Llanera patrocina al Valencia, Fadesa al Deportivo de La Coruña y Ortiz (bajando a la 2ª División), financia al Hércules de Alicante. Todas estas empresas están metidas hasta las trancas en los PAI más polémicos del país, cuando no comenzando a implementar su estrategia de tierra quemada en el litoral de los países empobrecidos. Tal es el caso de Fadesa, que ha entrado literalmente a saco en Marruecos y anda promoviendo proyectos tan impactantes como el de Saïdia, en la costa mediterránea del país norteafricano.

Y finalmente encontramos los propios clubes deportivos que, actuando como una promotora más, se lían la manta a la cabeza y se dedican a planear espectaculares pelotazos a costa de nuestros mejores paisajes y otros recursos naturales (véase nuestro post sobre Porxinos de hace unos días).

Así las cosas, cuando los seguidores de tal o cual equipo acuden a los estadios para ver a sus ídolos, o compran una camiseta “oficial” para sus churumbeles, no hacen sino participar en una gigantesca campaña publicitaria en loor de un puñado de hombres y mujeres ricos que se dedican a coartar el acceso a una vivienda digna y uniformizan bajo una capa de cemento playas intocadas, bosques y campos de cultivo.

NOTA:


El BBVA financia el cambio climático


Fuente: Ecologistas en Acción18 de diciembre de 2006


El BBVA es el segundo financiador del nuevo Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) en Ecuador. El tubo recorre 503 Km entre la Amazonia y el puerto Esmeraldas. El OCP ha sido construido por un consorcio de 7 empresas, entre las que se encuentra Repsol-YPF. Entre 1999 y 2003, únicamente por roturas de los oleoductos en Ecuador, se ha derramado más petróleo que el vertido en el desastre del Prestige. Por ejemplo, durante la construcción del OCP se vertieron hasta 22.000 barriles de crudo que llegaron a la laguna de Papallacta de la que toma agua el 60% de la población de Quito. El nuevo oleoducto OCP atraviesa todo Ecuador. En el trayecto hay zonas de alta biodiversidad y producción hídrica, que además presentan un alto riesgo sísmico y de erupción de volcanes activos: en noviembre de 2002 el volcán Reventador destruyó 870 metros del OCP recién construido.


Además en el currículum antiambiental del BBVA se debe añadir la financiación de la celulosa que ENCE quiere construir en Uruguay. Lo que conllevará un gran impacto, tanto por sus emisiones de efluentes contaminantes, como por su gestión forestal insostenible.


A todo ello hay que sumar que el BBVA es el principal propietario español de fabricas de armas, estando implicado en el caza Eurofighter EF 2000, el avión de transporte A400M, los carros blindados Leopard o productos de guerra electrónica como Hspasat, Rymsa e Indra.


Este tipo de irresponsabilidad social corporativa por parte del BBVA viene siendo denunciado desde hace tiempo por distintas organizaciones como el Observatorio de la Deuda en la Globalización (ODG) o Ecologistas en Acción - Ekologistak Martxan.

viernes, 9 de marzo de 2007

Mensajes


Varias personas que han visitado nuestra polvorienta y ruidosa factoría se han encontrado con que no podían escribir mensajes, cosa que a nosotros nos gusta mucho (que nos escriban), así que hemos habilitado o deshabilitado algo del blog para que los ilustres visitantes no tengan impedimento a la hora de opinar o dejar de hacerlo.

jueves, 8 de marzo de 2007

Fallas, fallas, fallas


No, no es que estemos especialmente en contra de las fiestas populares, de la toma festiva de las calles o de entrar en contacto con nuestro lado más dionisiaco. No es que nos opongamos a ello (insistimos), es otra cosa.

Podríamos soportar unos días de jarana, de juerga pública en las calles y de petardeo continuo si el resto del año se disfrutara en nuestras ciudades de una atmósfera con un moderado nivel decibélico.

No es soportable, sin embargo, para sistema nervioso alguno, el ruido continuo del tráfico rodado, el pu-pum-trocotroc de las obras municipales o las reformas privadas, el vocerío maleducado y ebrio de los fines de semana y la puntilla matutina de los nuevos aparatos de limpieza que las empresas concesionarias del sector hacen zumbar, gruñir y crotorear antes de las 08:00 AM.

Si el ruido cotidiano de la ciudad mal gestionada (¡sí! existen otras ciudades donde el ruido ha sido acotado, acorralado, minimizado, paliado y hasta vencido) es difícil de soportar, el desenfreno festero raya lo humanamente admisible.

En este sentido, Valencia -y Alicante no le va a la zaga- es la campeona del ruido y el desenfreno sonoro. Con la excusa de la “tradición” y el “somos así” (sólo el 7’5% de la población valenciana pertenece a alguna falla), la ciudad se sumerge durante 15 días en una orgía de ruido que crispa el estado de ánimo de la mayoría de los habitantes de esta urbe, aquellos que, al contrario que unos pocos privilegiados, deben trabajar durante los días de fiesta; aquellos que son bebés y necesitan un adecuado descanso para su correcto desarrollo; aquellos afectados de migrañas (el 12% de la población española entre 14 y 55 años) o problemas de conciliación del sueño (entre un 10 y un 30% de la población). Todos estos colectivos ven como estos días, al complicado capeo del ruido habitual, han de añadir un enemigo invencible gracias al jaleo y apoyo ciego de las instituciones municipales.

Por otro lado, la citada excusa de la Tradición, una especie de señorona a la que se debe respetar mucho, se nos escapa. ¿Acaso en el siglo XVIII, cuando se supone surge esta fiesta, existían altavoces capaces de multiplicar música pachanguera hasta límites hirientes? ¿El tráfico en Valencia es el mismo hoy que en 1919, 1950 o, incluso, 1990?

En las sociedades urbanas, y no digamos en la rurales, de hace cinco o seis décadas, el ruido era una excepción. Su producción durante determinados días era una liberación, un acto de alegría y de ganas de vivir. En 2007 el ruido es una maldición cotidiana que tortura y enferma a decenas de miles de personas.

Desde La Cementera sólo proponemos dos cosas:

1) que se combata sin piedad el ruido diario, considerando su producción y sus efectos con la importancia que merecen
2) que en las fiestas populares, sobre todo en horarios nocturnos, se sustituyan los potentes equipos de sonido por las tradicionales (éstas sí) bandas de música. El sonido que producen es mucho más limitado, se fomenta la educación musical, se da trabajo durante unos días a un buen número de artistas y nos aseguramos de que, al segundo de día de fiesta, el cansancio y el abuso de comida y bebida provoquen la retirada de los músicos a horas razonables.

viernes, 2 de marzo de 2007

Campos de olivos y almendros




Imagina que a tu pueblo de toda la vida llega un ejército extranjero (pongamos, del País Equis), acota unos terrenos y los defiende militarmente, es decir, los ocupa. Después, sin pedir permiso a sus legítimos propietarios, arranca los olivos, almendros y demás cultivos que crecían en los citados terrenos y rotura el suelo; también tala y rotura una pequeña mancha forestal. Expulsa igualmente a las familias de agricultores que vivían en esos terrenos. Posteriormente traza caminos y carreteras privadas que comunican los terrenos ocupados con el País Equis. Estas carreteras, por supuesto, no pueden ser utilizadas por los habitantes de tu pueblecito.

A los pocos meses comienzan a llegar albañiles, camiones y hormigoneras y en un plis-plas se levanta una urbanización ilegal con 5.000 viviendas, piscina y numerosas zonas ajardinadas. Para proveer de agua a la urbanización se pincha el acuífero comarcal, sin permiso de las autoridades locales ni de los antiguos usuarios del acuífero.

Conforme van llegando habitantes del País equis a la urbanización (algunos reciben subvenciones especiales del gobierno del País Equis por irse a vivir allí) se produce gran cantidad de residuos, que en algún lado habrá que tirar. Para solucionar este incómodo problema se utilizan unos bancales abandonados de tu pueblecito y, sin que nadie pregunte a tu alcalde ni al concejal de basuras, los camiones van depositando allí los desperdicios. Con el tiempo, la basura fermenta, arde, produce malos olores…

Un día, el País Equis decide que los vecinos de tu pueblo, y los de todos los pueblos de tu país, pueden ser un peligro para los habitantes de esa urbanización ilegal y de otras que se han construido en más partes, así que deciden levantar un muro ( o una alambrada electrificada, depende) entre la urbanización y tu pueblo. En la construcción del muro el País Equis aprovecha y coge unos cuantos miles de metros cuadrados de tu municipio y los deja en su lado del muro. Como has participado en una manifestación contra ese muro, el ejército de ese país interviene, te hiere y aún tienes suerte si no te ha detenido sin causa justificada.


Etcétera, etcétera, etcétera.