martes, 20 de mayo de 2008

Arena para todos


Después del gran éxito Agua para todos...

Hoy leemos en el periódico lo que ya sabíamos desde hace tiempo: las playas del Parque Natural de la Albufera están en regresión y las obras previstas en el puerto, sumadas a las ya realizadas para el Canal de Acceso de la Dársena (con motivo de la America's Cup), no harán más que agravar esta situación. La solución, claro, nunca pasa por lo evidente: dejar de hacer el cafre y no tocar más la línea de costa, que bastante tiene con lo que tiene. Pero no, la solución es traer más arena de otra parte, con un coste económico astronómico y unos efectos ambientales... que ya veremos en el futuro: todo lo dejamos para mañana.

Lo que está claro es que declarar una zona protegida, como el pobre Parque Natural de la Albufera, no es garantía de nada: incendios forestales, caza furtiva, contaminación del agua, atropellos a fauna, amenazas urbanísticas y -literalmente- desaparición de parte de sus ecosistemas son sólo algunos de los problemas reales y cotidianos que sufre este excepcional espacio natural.
La lástima es que nos hemos gastado un dineral en regenerar las dunas del Saler (excelente actuación, por cierto) pero será dinero tirado al mar, nunca mejor dicho.


Adjuntamos la noticia aparecida en el Levante de hoy:


La playas de Devesa y Saler necesitan al año 90.000 m3 de arena para no desaparecer


La Politécnica alerta de los riesgos de la ampliación del puerto y el campo de golf


Levante-EMV, Valencia

Un informe de la Universitat Politècnica de Valencia apunta que la playa de la Devesa de la Albufera está "insuficientemente alimentada", lo que le confiere un carácter regresivo. "La aparente estabilidad" de la playa podrá mantenerse, según los expertos, "mientras se garantice una alimentación desde Pinedo y El Saler, apoyada en regeneraciones basadas en alimentación artificial y recargas". Esta alimentación pasa por una aportación de arenas de 40.000 metros cúbicos al año, que ascienden a 50.000 en el caso de El Saler.


El catedrático de la UPV José Serra Peris ha coordinado en las dos últimas décadas estudios detallados sobre la evolución de la playa sumergida de La Devesa y del Saler, incidiendo en aspectos como el análisis de riesgo de regresión, entre otros. En las conclusiones de este informe se asegura que en la playa de La Devesa -que abarca desde la Gola de El Pujol hasta la Gola de El Perellonet- si bien aparentemente es estable, se observa cierta tendencia a la regresión.


Según destaca el propio profesor Serra, parece que la propia playa se "esté acomodando y buscando un equilibrio". Las formas naturales de la costa se conservan, lo que le permite responder y defenderse de la acción de los temporales y de los procesos recesivos generados "a barlomar" de la playa, pero para los técnicos es evidente el riesgo que existe de desestabilización del medio costero, principalmente asociado al campo de golf dada la fijación de los sedimentos provocados por la instalación existente.


En opinión del catedrático de la UPV, es necesario garantizar una alimentación continua de la playa para hacer frente a la carencia de arena procedente de los ríos."La arena de las playas viene de los ríos y estos no llevan nada, debido tanto a la sequía, como a la influencia de los embalses, que se queda el agua, pero también la arena. Ésta no llega a la playa y ello incide directamente en la regresión. Soluciones definitivas no hay, pero el aporte de arena es muy importante", explica el coordinador del estudio.


Entre las recomendaciones relacionadas con las obras de ampliación del Puerto se aboga por el vertido de arenas procedentes de las obras de dragado e incluso añadir una propuesta de recuperación de sedimentos que puedan quedar atrapados bajos las obras previstas.


La declaración de impacto ambiental de la expansión portuaria ya preveía aportes de 185.000 m3 de arena en Malva-rosa y 59.000 en Pinedo.José Serra está analizando el impacto de la ampliación del puerto sobre las playas del norte y el sur por encargo de la APV.

lunes, 19 de mayo de 2008

Ranas... o Viva el parc de Marxalenes!



El otro día visitamos a fondo el Parque de Marxalenes, en pleno corazón de la Valencia más áspera. Rodeados de los típicos edificios de barrio períferico con ladrillo visto, de obras y de ruidos, se abre para el vecindario un parque lleno de alicientes entre los que no es el más pequeño poder escuchar el croar de las ranas, ver a los papamoscas grises cazando o disfrutar de la floración de los lirios. Nosotros hasta hemos llegado a ver allí algún Martín pescador en invierno.
Lo mejor de este parque es que se diseñó con la complicidad de los vecinos y vecinos de la zona, que participaron activamente en el desarrollo del proyecto. Donde esté Marxalenes... que se quiten los Circuitos de Fórmula 1.

Por cierto, agradecemos al atractivo blog http://medioambienteblog.blogspot.com/ el que nos haya colocado como blog de la semana.
Foto: EME'08

martes, 6 de mayo de 2008

A sangre


Cuando se acaba el petróleo volvemos a los hematíes.

Realizar una labor en el campo o en el monte "a sangre" quiere decir que estamos recurriendo a la tracción animal: mulos, bueyes. caballos, camellos... los socios del ser humano desde hace milenios vuelven a cotizar cuando el barril de petróleo alcanza los 120 dólares. En el Rajastán indio los camélidos retornan a los caminos y su demanda sube su precio. ¿Vuelve el tiempo de la lentitud, del olor a bosta, del abono orgánico para los campos? ¿Nos ayudarán los amigos animales a volver a poner al clima en su sitio?

Que no, que no es broma, que lo dice el Financial Times.

Arre, Lucero!!

domingo, 4 de mayo de 2008

Adiós Cemex ¿una victoria ciudadana?


Colgamos un artículo aparecido hoy en el diario Información sobre el futuro desmantelamiento de la planta de Cemex en Sant Vicent del Raspeig.


LA DESAPARICIÓN DE UNA INDUSTRIA HISTÓRICA EN SAN VICENTE


La presión urbana gana la batalla al cemento


La cementera de San Vicente, que desaparecerá del municipio el 1 de agosto de 2009, ha sido el sustento de centenares de vecinos durante un siglo

ANA VAQUER


"¿ Por qué no os lleváis esto a otro sitio?". La frase pronunciada en el año 2004 y dirigida al anterior director de Cemex España, Ignacio Madridejos, se atribuye al entonces conseller de Infraestructuras, José Ramón García, que, tres años después de que su mujer, Luisa Pastor accediera por primera vez a la Alcaldía de San Vicente del Raspeig, ya barruntaba la posibilidad de que la cementera desapareciera del paisaje de su ciudad. Cierta o no, responde al deseo de la mayoría de los sanvicenteros, vivan o no cerca de la planta. Los primeros porque están hartos de respirar un aire denso que "almidona la ropa tendida, cubre de polvo los coches aparcados en la calle y deja una capa blanquecina en nuestras terrazas". El resto porque muestran su temor a las repercusiones sanitarias que pueden derivarse de vivir tan cerca de una industria pesada.


El miércoles pasado, por primera vez la Conselleria de Medio Ambiente anunció una fecha definitiva para el cierre de la histórica planta: el 1 de agosto de 2009, casi un siglo después de que Alicantina de Cementos se instalara en la población.


En 1913 comenzó la fabricación de cemento y en 1928 la compañía Valenciana de Cementos adquirió la industria y comenzó el verdadero despegue de esta fábrica, que entonces producía 50.000 toneladas anuales. Trabajadores actuales de la planta cuyos padres también desarrollaron toda una vida profesional en estas instalaciones recuerdan que casi la mitad de la población de San Vicente vivía del cemento en los años 60. "Prácticamente aquí sólo estaba estaba la cementera y toda una industria dedicada a la fabricación de muebles, que ya ha desaparecido", recuerda el actual presidente del comité de empresa, José Antonio Guijarro. PrecariedadLos salarios de aquella época eran escasos y muchos trabajadores optaban por hacer dos turnos para poder sobrevivir. Ahora en cambio, la media se sitúa en 36.000 euros brutos al año, un logro alcanzado tras duras negociaciones en el marco de los convenios colectivos. La planta de San Vicente ha llegado a albergar hasta 500 trabajadores pero la evolución de la maquinaria industrial ha dejado en un centenar los empleos directos. "Para lo que anteriormente se necesitaban seis hombres ahora hace falta sólo uno", dice Guijarro.


La empresa pasó a manos de la mejicana Cemex en 1992. En esta última etapa, la multinacional, que tiene su cede central en Monterrey, ha apostado por desarrollar la planta que tiene ubicada en Alicante mientras que la de San Vicente, pegada al casco urbano, se quedaba a escasos metros de las viviendas que se iban construyendo en la localidad.


El principio del fin


Con una capacidad de producción de casi 12 millones de toneladas anuales, Cemex es la tercera cementera del mundo. Precisamente este potencial ha hecho que muchos vecinos dudaran de que, finalmente, accediera a las presiones políticas para su desmantelamiento. Desde que Luisa Pastor lanzara a principios de 2005 su decisión de negociar lo que entonces se barajaba como un traslado, pocos han creído en que lograra su objetivo.


Un vecino asegura que compró un piso en una promoción próxima a la fábrica "y me dijeron que el precio estaba por encima de la media porque la planta se iba a ir y esta sería una zona idílica. Entonces no me lo creí pero ahora parece que va a ser verdad". Olores y ruido han molestado durante años a los residentes más próximos. Maruja, una sanvicentera de avanzada edad recuerda que "ha habido temporadas en las que el aire olía muy mal y por la noche no se podía ni dormir".


Los informes, tanto de la Universidad de Alicante como de la Miguel Hernández, alertando del nivel de contaminación del aire se han sucedido durante los últimos tres años mientras las negociaciones para el traslado daban altibajos. Además, la legislación ambiental, con plazos concretos para el cumplimiento de los niveles de emisiones ha hecho que el tiempo corriera en contra de la fábrica y a favor del Ayuntamiento. De hecho, el pasado miércoles expiraba el plazo para obtener la autorización ambiental integrada, un permiso necesario, si la intención de la industria era seguir produciendo. La Conselleria de Medio Ambiente ha otorgado esta licencia para que pueda seguir produciendo cemento, aunque eso sí, en un único horno y sólo hasta dentro de quince meses.


En 2004, un informe del Consell revelaba una alta contaminación al medir niveles de dióxido de azufre "ocasionalmente" superiores en algunas zonas a lo marcado por la ley. Además esta situación ha sido certificada por estudios universitarios posteriores. A la publicación de cada uno de estos informes se sucedía las críticas vecinales y se reforzaba la posición de la alcaldesa en su empeño por lograr la desaparición de la fábrica. Incluso el pasado 11 de febrero, Greenpeace advirtió de que la cementera era la industria más contaminante de la provincia. Si se cumple lo acordado, en 2009 dejará de serlo.


Un centro de ocio y empresarial junto a Rabasa


Y ahora qué. La era postcementera traerá un nuevo complejo de ocio para San Vicente unido a un parque empresarial, si finalmente la multinacional, tal y como parece, acepta la propuesta planteada por la alcaldesa, Luisa Pastor. Esta fórmula, un tanto extraña no acaba de convencer al comercio local que teme un nuevo núcleo de establecimientos que compita en un mercado ya de por si saturado y en crisis. La alcaldesa ya apostaba en 2006 por esta opción al contar con la proximidad de los terrenos al futuro plan Rabasa de Alicante donde se prevén levantar 15.000 viviendas. Si no varía la propuesta municipal, el PP sigue manteniendo que el suelo de la cementera no puede albergar un número de viviendas mayor a 500. Autorizar más sería un error, dicen, porque la parcela está limitada por las vías del tren, la autovía central y el barrio El Tubo. Sin embargo, no ven estos obstáculos si se trata de construir un centro de ocio. Cemex pretende lograr el mayor beneficio por el suelo liberado y en una de las reuniones con la alcaldesa solicitó mayor edificabilidad, algo a lo que el PP se niega. Por otro lado, el PAU 2 Castellet y Montoyos, pendientes del proyecto de urbanización, se desarrollarán en terrenos anexos a la cementera de la que sólo les separa la vía del tren. Se trata de un bocado urbanístico, que sin el lastre de una industria pesada a pocos metros, cobrará un nuevo valor.

viernes, 2 de mayo de 2008

El dilema de los trabajadores de CEMEX, el dilema de tod@s


El cierre de la planta de CEMEX en Sant Vicent del Raspeig ha vuelto a traer a colación un debate que no es nuevo y que, como las matruskas rusas, contiene más debates en su interior.


Desde que comenzara la industrialización se ha presentado la preservación de un medio ambiente saludable como algo incompatible con el desarrollo económico. Dicho de otra manera, los trabajadores, las trabajadoras y sus familias debían ofrendar al “progreso” no sólo su fuerza de trabajo, sino también todo aquello no relacionado directamente con la producción industrial: la pureza del agua y el aire, los horizontes abiertos, la calidad de la alimentación… Esto es y ha sido así desde que alguien conectó la máquina de Watt a un telar, y las luchas de los obreros y obreras a lo largo de los últimos ciento y pico años no estuvieron tan relacionadas con un deseo de aumentar la producción como con una necesidad de mejorar su vida a todos los niveles, pasando indefectiblemente por la mejora de las condiciones ambientales.

Hoy en día, la inmensa mayoría de las personas de este mundo necesitan un salario para cambiarlo por comida, ropa y vivienda. Pese a los avances retóricos plasmados en docenas de Cartas, Tratados y Declaraciones, lo único cierto y tangible es que finalmente se ha impuesto un capitalismo caníbal en cuyo seno sólo cabe el sometimiento o la represión. No hemos conseguido que la comida, la vivienda y la ropa sean un derecho asegurado y eso que hay capacidad más que sobrada para que esas necesidades estuvieran cubiertas. Y es por este fracaso por el que seguimos atados a un sistema de producción desquiciante en el que se asume como algo natural que vivamos al borde de una catástrofe nuclear, que tratemos a los ríos como acequias o que licuemos los glaciares por el extraño empeño de que unas mercancías vayan de un lado a otro a base de liberar gases tóxicos.

Debería ser posible en el siglo XXI que cien asalariados no vean amenazada su supervivencia porque se ha conseguido cerrar la planta industrial que enfermaba a sus vecinos y a sus familiares. Debería ser lo normal que una multinacional que factura varios miles de millones de dólares al año gracias a la fuerza de trabajo aportada por sus obreros, y al sacrificio del aire que respiran sus obreros y sus familias y del aniquilamiento del paisaje (que fue) de sus obreros, sus familias y vecinos, debería ser lo normal, decimos, lo lógico, que no hubiera ningún problema en que cien personas no pagaran el pato de un cierre que debería ser una fiesta para todos. No debe ser un sacrificio y no debe entenderse como un sacrificio, porque es una victoria -extraña, pero victoria- de todo el pueblo de Sant Vicent y de la comarca entera de L´Alacantí. Y este es un momento tan bueno como cualquier otro para recordar que le hemos pagado 24 millones de euros a un multimillonario llamado Ecclestone para poder traer unos coches de carreras al centro de Valencia.

jueves, 1 de mayo de 2008

El Consell ordena el cierre en quince meses de la cementera de San Vicente


Gracias a Pravda nos hemos enterado, con unas horas de retraso, de esta noticia de indudable alcance -al menos para este blog, claro-. Reproducimos la noticia aparecida hoy en el INFORMACIÓN:


La cementera de San Vicente deberá cerrar sus instalaciones el 1 de agosto del año próximo, tal y como ha decidido la Conselleria de Medio Ambiente, que ha ordenado ya la clausura de uno de sus hornos.


ANA VAQUER La cementera de San Vicente del Raspeig pondrá fin a un siglo de presencia en el municipio el 1 de agosto de 2009.


Finalmente, la Conselleria de Medio Ambiente, dirigida por el sanvicentero José Ramón García Antón, ha sido la que ha fijado la fecha de caducidad a esta instalación con un convenio suscrito con Cemex, la multinacional propietaria de la planta.

El acuerdo adelanta la fecha de cese de actividad que se había barajado inicialmente y que se preveía para el 1 de enero de 2010, según las negociaciones que venía manteniendo la alcaldesa, Luisa Pastor, con la empresa. Además señala que, "en la medida de lo posible" la Conselleria contratará a personal de esta fábrica para la futura planta de secado de lodos, que se construye actualmente junto a la cementera que la empresa tiene en Alicante.La multinacional eludió ayer valorar este acuerdo. Tampoco avanzó cuál es su plan para recolocar al centenar de trabajadores que emplea actualmente en San Vicente.

El presidente del comité de empresa, José Antonio Guijarro, señaló que los trabajadores "estamos a la espera de que la empresa nos comunique cuál es su planteamiento". Guijarro reiteró que la plantilla sigue reivindicando que no se deslocalice el empleo y confía en que Cemex plantee una mesa de negociación, tal y como avanzó meses atrás.

La cementera mantendrá su actividad durante 15 meses pero no lo hará a pleno rendimiento. La Conselleria también anunció ayer que le concedía la autorización ambiental integrada -una licencia necesaria para continuar con la actividad-. Y lo hizo en el último minuto porque, precisamente ayer expiraba el plazo legal para que obtuviera este permiso. Además la licencia está condicionada a que uno de sus dos hornos permanezca inactivo para reducir la alta contaminación que emitía la planta.

Las quejas vecinales por la pésima calidad del aire y los reiterados informes ambientales sobre los altos niveles de dióxido de azufre en el entorno de la instalación habían provocado que creciera el malestar en el municipio por la continuidad de esta fábrica, pegada al casco urbano.Con un único horno funcionando la producción quedará reducida a la mitad y, por tanto, también las emisiones. Además, éste dispondrá de dos electrofiltros para disminuir las partículas que lanza a la atmósfera.Tal y como avanzó este periódico, el pasado mes de diciembre una inspección reveló el elevado nivel de emisiones que estaba produciendo el horno número 2. La empresa dijo que sufría una avería y que lo había desactivado. Además solicitó una licencia de obras para mejorar los filtros. Según fuentes sindicales, tras la reparación de la avería volvió a funcionar pero en febrero se optó por cerrarlo. "Ahora desconocemos qué pasará con las obras de mejora proyectadas, si como dice la Conselleria tendrá que seguir inactivo", indicaron.

La Conselleria también se comprometió ayer a realizar estudios con Cemex para la construcción de instalaciones "que permitan la valorización energética en sus hornos a partir de combustibles derivados de los residuos en los terrenos propiedad de la empresa en su fábrica de Alicante".Según el comunicado emitido por Medio Ambiente, la empresa acepta presentar el proyecto de desmantelamiento de la fábrica y de descontaminación de suelo en el plazo de seis meses y la Conselleria a aprobarlo.


El futuro de los terrenos

El Ayuntamiento de San Vicente está a la espera de que Cemex conteste a su propuesta para que el suelo que ahora ocupa la planta albergue un centro de ocio y oficinas, unas 500 viviendas y una zona verde. Según manifestó ayer la alcaldesa "esta cuestión deberá resolverse en los próximos días y culminará en la firma de un convenio".

Por su parte, tanto desde el PSOE como desde EU se valoró ayer positivamente esta decisión aunque con matices. El portavoz del PSOE, Rufino Selva, lamentó que "el Consell haya esperado hasta el último minuto para tomar la decisión, justo cuando se cumplía el plazo para otorgar la autorización ambiental integrada". Además Selva expresó su malestar por el hecho de que no se haya informado a los trabajadores ni se haya realizado informe alguno sobre las repercusiones urbanísticas y económicas del acuerdo. "Al final las decisiones se han tomado en despachos alejados de San Vicente", añadió.

El portavoz de EU, José Beviá, expresó su preocupación por el futuro de los puestos de trabajo directos e indirectos de la fábrica. En cuanto a los terrenos indicó que "vamos a ser muy serios en la defensa de la previsible recalificación del suelo que ahora ocupa la fábrica y que sea tratada dentro de las propuestas de una revisión del PGOU".