miércoles, 20 de mayo de 2009

Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia



digamos por ejemplo

que la lluvia y el sol nos pertenecen

también el sobrecielo y el subsuelo

las provincias de nuestro corazón

y el territorio de nuestro trabajo

somos iguales ante los iguales

en un mundo de pares y sin otros

una linda locura de los cuerdos

y cierta estratagema de justicia

vamos poniendo tildes a presagios

que se cumplieron o se están cumpliendo

en un comienzo fuimos sólo islas

ahora somos urgentes archipiélagos

De teoría práctica

miércoles, 13 de mayo de 2009

Tonto mundo loco


Barcelona está cuajada de la última campaña de publicidad del Principat d'Andorra: Shopping Unlimited ("De compras sin límite") . El lema está acompañado de unas fotos en las que se ve a unos jóvenes inundados por un montón de gadgets tecnológicos, gafas de sol, joyas, relojes -muchos relojes- y otras fruslerías. Evidentemente, se trata de una campaña surgida al calor de la crisis, que pretende hacer recordar a los consumidorcitos y consumidorcitas que en Andorra hay un huevo de tiendas en las que comprar un montón de cositas. Es decir, lo mismo que hace Carreful, El Corte Danés y todos los grandes centros comerciales de todas las ciudades de este país de países: Consumir sin límites!


Somos tontos, siempre proponiendo las mismas soluciones que son la base del problema. La respuesta del empresariado a la crisis, además de intentar fastidiar aún más a los trabajadores -of course-, es proponer más consumo y pedir más subvenciones para producir las mismas cosas y procesos que nos están llevando al agujero. Consumamos más, claro, gastemos más recursos naturales preciosos e insustituibles para hacer millones de cosas fungibles e innecesarias. No miremos que hay detrás de los móviles (minas de Coltán en el centro de África controladas por señores de la guerra), de las bambas de marca (explotación infatil y adulta: sí, todavía), de las minas de oro y diamantes (pero si hasta Di Caprio ha hecho una peli sobre el asunto!)... Subvencionemos los coches ooootra vez porque como aún no hemos quemado suficiente petróleo vamos a ver si, en la segunda década del siglo, liberamos todo el dióxido de carbono y aceleramos el deshielo de los polos, que la cosa va muy lenta como para alarmarse.


A veces, los obreros de esta cementerita renqueante, no entienden nada.