viernes, 11 de abril de 2008

La Universidad Miguel Hernández de Elche se confabula con los destructores del territorio


Un escalofrío nos ha recorrido la espalda cuando hemos leído en el periódico que la Universidad Miguel Hernández de Elche asegura en un estudio que, en la provincia de Alicante, es viable la construcción de 33 nuevos campos de golf. El supuesto estudio afirma igualmente que cada campo de golf puede llevar asociadas unas 2000 viviendas y uno o varios hoteles (es decir, que si se construyeran todos los campos de golf, tendríamos 66.000 nuevas segundas residencias en Alicante).

Como no podía ser de otra manera, la patronal alicantina, COEPA, de boca de su presidente, ha aprovechado la ocasión y ha manifestado que "todos los campos de golf precisan de PAI (Planes de Actuación Integrada), autorizaciones y demás, y creo que ahí todas las administraciones tendrían que hacer los deberes" en el sentido de "agilizar más los plazos".

El equipo de la Cementera debe vivir en una Comunidad Autónoma -o incluso en otro país- distinta a la de los señores y señoras que han elaborado el estudio. Ahora resulta que la provincia que, "sedienta", reclamaba agua del Ebro, del Júcar, de dónde fuera, para regar sus campos "resecos" posee unos sobrantes hídricos que va a dedicar a uso suntuario y a dar de beber a los 14,4 millones de turistas que, según el estudio, van a venir atraídos por los nuevos greens.

El estudio también subraya que habrá que ampliar el aeropuerto y, apuntamos nosotros, si hay que llegar hasta las nuevas 66.000 viviendas también habrá que construir unas cuantas carreteras más, con lo que podríamos ir quitando aún más hectáreas a nuestro sufrido territorio y añadir unos cuantos ceros al número de toneladas de CO2 que vamos a emitir en los próximos 20 años. Y todo porque, según el catedrático de Economía Agroambiental e Ingeniería Cartográfica, Francisco José del Campo Gomis, "hay un notable potencial de crecimiento que se puede aprovechar".


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