martes, 1 de mayo de 2007

Y la burbuja hizo pum (más una propuesta derridiana)


La caída de ASTROC, que todos los medios intentan minimizar por todos los medios para evitar el “pánico bursátil”, ha sido el momento simbólico, la noticia que se esperaba, más o menos impactante y con ese aire de irracionalidad e ininteligibilidad que poseen las cosas relacionadas con el mundo financiero. La burbuja ha estallado, parecen querer decirnos, pero por culpa de los inescrutables designios del parqué.

Pero en la vida real la historia venía siendo bien distinta: el límite del endeudamiento familiar había tocado techo hace meses, la falta de viviendas dignas y accesibles y la destrucción del territorio estaban creando una tímida pero tenaz respuesta ciudadana a varios niveles, los avisos de un posible pinchazo se repetían desde las Grandes Instituciones y en EEUU la burbuja reventaba hace relativamente poco tiempo…

¿Qué es –o era- la burbuja inmobiliaria? Depredación, especulación y estrategias de empobrecimiento masivo. A saco. Es decir, la Santa Faz del capitalismo de siempre: la imposición del derecho al lucro privado de unos pocos sostenido con el desposeimiento de la gran mayoría.

Los efectos del estallido serán variados y asociados a diversas calidades de crudeza. Probablemente experimentaremos un subidón del desempleo, fuga de capitales (que se está dando en estos momentos) y aumento del descontento social; los bancos refuerzan ya sus departamentos de cobro de morosos y puede que dejemos de ver tantas grúas en el horizonte. Los precios de los pisos bajarán, tal vez bastante, y se incrementará el número de vivienda nueva en alquiler.

Puede que de aquí a unos meses pasen éstas y muchas otras cosas pero, hoy por hoy, la burbuja nos ha dejado el territorio hecho unos zorros: zonas protegidas sometidas a desprotección y después urbanizadas sin rubor (La Cerrichera (Murcia), Salinas de Santa Pola, huerta sur y norte de Valencia, Sierra Escalona (Alicante)…), decenas de campos de golf y puertos deportivos de dudosa utilidad y gran coste ambiental y social, cientos de nuevos viales, autovías nuevas diseñadas con fines estrictamente especulativos… qué os vamos a contar.

¡Ah! La propuesta. Desde La Cementera lanzamos gratuitamente al aire una idea, tanto al gobierno central como al autonómico. Dado que el pinchazo de la burbuja provocará un incremento del paro, principalmente en el sector de la construcción, apostamos por la creación de un cuerpo especial de Deconstructores, Repobladores y Cuidadores. La financiación provendría de un desvío de un 15% del presupuesto destinado a fines militares en 2006 (ese porcentaje serían aproximadamente 125.331 millones de pesetas).

Los Deconstructores se dedicarían a la deconstrucción y reciclado de las decenas de miles de viviendas situadas en lugares que contaban con valor medioambiental; su tarea consistirá no tanto en derruir sino en desmontar lo construido para aprovecharlo en la construcción de colegios y centros de salud (prioritariamente). Los Repobladores tendrían la bella tarea de reponer los ecosistemas destruidos (allá donde hubo dunas que vuelva a haber dunas, donde bosque, bosques) y el cuerpo de Cuidadores se encargará de velar por lo repuesto y recuperado, preservándolo para las generaciones futuras.

Parece raro y hasta difícil, pero si el ser humano ha sido capaz de construir esto… Todo es cuestión de voluntad.

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